Reflexionando acerca de lo que se ha escrito acá, me llegaron dos temas que hicieron colisión. Uno, relacionado con la mina ideal, y otro antiguo aclarando que no somos Príncipes Azules; somos ñoños. Y me hizo sentido, fíjense. Años buscando la mina idea cuando en verdad, lo que necesito es la ñoña ideal (one of us, one of us).

Muchas de las experiencias M.A.C.H.O.T.E.S. descritas en el blog hablan claramente de lo poco que nos compenetramos con las experiencias propias del género masculino, escapándonos de la línea hacia lo ñoño; de que nuestros temas de conversación son "exclusivos" (crap) y que en sí, somos algo incomprendidos (¡Grupo de autoayuda por favor!). En lo personal, eso se contradecía un poco con la búsqueda de una pareja, ya que la mayoría de mis pololas me miraban bastante raro cuando les decía que entendía el amor según lo explicaban en un animé. Y es que creo que estaba un poco en lo errado en la búsqueda.

Hasta hace poco, tenía un concepto de 'mujer para mí' bastante asociado al prototipo común, rosadita, delgadita, blah blah. Pero me faltaba, harto, y era lo que me hacía fallar en el fondo, algo no encajaba... Claro poh. Yo buscaba una mina media pop, media pelolais... cuando en verdad necesito una ñoña.

Sí, alguien que entienda lo que le estoy hablando, principalmente. No se trata de buscar la opción fácil, para nada. Porque claramente se puede entender así, pero no. De hecho, impresionar a una ñoña es muy difícil; además de tener que superar las barreras propias del género femenino, hay que saber. Y los que somos ñoños sabemos que eso es difícil. Hay que tener tema de conversación, pero de verdad. No son para nada impresionables. Y además, las ñoñas, al igual que nosotros, han pasado por varias penas y, puede decirse, por la mismas incomprensiones que nosotros, por lo que el tema de acercarse y que realmente resulte algo es una tarea mayor.

No se van a tragar las técnicas tan trilladas, porque han leído de eso en un blog. No llenarán tu Facebook y tu twitter de mensajes al extremo mamones, e incluso pueden comentar los enlaces ñoños compartidos: dirán 'Me agradó el documental que posteaste, pero creo que el enfoque no se aplica a la cultura. Nos vemos en la noche ;)' en vez de 'No lo entendí mucho' (créanme, me ha pasado). No dirán jamás 'Ya estás viendo monitos'. Irán al cine para ver Iron Man 2 y no preguntarán tonteras del tipo 'No creo que alguien tenga tanta plata como para darse la vida de... ¿cómo se llama?', y por Dios, podrán escuchar música juntos. The real escuchar música sí poh, no la chiva del 'Estamos escuchando música' que le dices a tu madre cuando te pillan en el living. Puedes decir 'Bazinga' y ella efectivamente, va a reír.

¿Se dan cuenta de mi punto? Puedo seguir eternamente... El punto es que por buscar un prototipo, te olvidas de la necesaria conexión emocional, esa que es transversal a todas las otras dimensiones (social, intelectual, sexual...).

La recompensa, uf, es genial. Poder compartir más detalles que con la mayoría de las mujeres es lo mejor; el carrete con ellas es OTRA COSA. El descubrimiento de la afectividad y la corporalidad es, por lejos, mucho más enriquecedor. Y en lo personal, existe un grado de complementariedad que calienta, en serio.

Por otro lado, nada más erótico que una mina de lentes que puede rebatirte.



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